Los Guías de Turismo y la educación patrimonial.
La educación y mediación en museos, parques, centros de arte y distintos espacios donde se trabaja con patrimonio y educación, es un fenómeno relativamente nuevo y aún poco conocido en nuestro país. Cuando hablamos de la visita a un determinado lugar y pensamos en quien nos mostrará y explicará todo cuanto haya que saber sobre el mismo, de inmediato pensamos en la figura del guía tradicional que ha sido entrenado de tal forma, que generalmente solemos tener un mal recuerdo de su trabajo (aburrido, lleno de información que no nos interesa, etc.).
El guía de turismo en el Ecuador es aquel profesional que ha sido capacitado técnica y humanamente para guiar, conducir, informar y brindar asesoría a los viajeros que se aventuran por las distintas regiones de nuestro país. De hecho, el guía es una de las figuras que mejor representa la imagen colectiva que se tiene sobre el turismo. La imagen del guía saliendo con su grupo en autobús de excursión es tan común en el imaginario de las personas como la del turista de bermuda, camisa florida, sombrero y máquina fotográfica colgada en el cuello (Chimenti & De Menezes Tavares, 2008).
Sin embargo, de una manera amplia, y teniendo en cuenta que el turismo ha ido evolucionando y cambiando, el actual guía de turismo pasa a cumplir un rol no sólo de prestador de un servicio, sino de educador no formal. Dentro de las nuevas investigaciones y miradas críticas que se han hecho en países donde existe una gran cultura de turismo y patrimonio, la educación o mediación se entiende tanto en las políticas de programas, proyectos o iniciativas que una institución genera, como las subjetividades, relaciones y culturales que cruzan el museo y generan ideas y valores sobre la cultura, así como los dispositivos, artefactos, espacios y lugares que generan mediaciones o interacciones sociales con los grupos visitantes o con el territorio. Además la mediación del museo incluye entender el mismo museo como dispositivo pedagógico, en cuanto que proyecta una idea de institución, un modelo de gestión de cultural, y una idea o proyección de equipamiento situado en un territorio, que determina las dinámicas de un lugar (la vida de un barrio o la regeneración de un área urbana) (Rodrigo & Añó, 2012).
Desde una perspectiva histórica, la mediación educativa nació en los museos, a finales de los años setenta cuando surgió la necesidad de recuperar a los públicos que cada vez se volvían más exigentes y que buscaban vivir verdaderas experiencias en sus visitas a estos espacios. Posteriormente con el desarrollo de las telecomunicaciones, la mediación también ha ido evolucionando hasta trasladarse a diversos lugares que van más allá del viejo concepto de museo como centros culturales, áreas protegidas o parques temáticos. Helvetica Light é uma fonte de leitura fácil, com letras altas e estreitas, que funciona bem em quase todos os sites.
Mediación y Educación en museos y sitios patrimoniales.
Si bien el objetivo primordial de los museos, centros culturales, o incluso parques nacionales es salvaguardar el patrimonio que estos lugares atesoran, con el paso del tiempo esta noble tarea se ha ido transformando, puesto que cada vez, es más clara la vinculación que estos espacios deben tener con el campo educativo.
Los primeros jardines botánicos de la historia como el de Padua en Italia, fundado en 1543 y los antiguos gabinetes de curiosidades, conocidos en Francia como Cabinets de Curiosités, (antecesores directos de los museos) que florecieron en Europa entre los siglos XVI al XVII no eran más que repositorios de un invaluable patrimonio natural y cultural respectivamente y que al ser promovidos por la burguesía, eran espacios destinados a la recopilación, investigación y difusión entre un segmento muy reducido de la población que en algunos casos sólo incluía a la comunidad científica.
Sin embargo, es en el siglo XX cuando se da todo un desarrollo y evolución de estos lugares, debido a una mayor socialización y democratización de las colecciones de arte e historia, así como también de las áreas protegidas. Esto ha implicado saber transferir todo un conjunto de conocimientos científicos de manera que facilite llenar el saco del bagaje cultural del que todo ciudadano debería disfrutar (Fernández, 2003).
Los museos, como contenedores patrimoniales y las áreas protegidas como reservas de formas de vida únicas, precisan de un personal especialista en tratar los temas patrimoniales, al que en Ecuador se lo sigue llamando guía.
En este punto es fundamental entender que todos los bienes patrimoniales son objeto de estudio que movilizan saberes, proporcionan información y generan conocimiento más allá de sí mismos (Fernández, 2003). A la vez, son valiosos instrumentos que le permiten al educador llegar de una manera más fácil a su audiencia.
Si bien la labor fundamental de un guía de turismo no es transformarse en un profesor que convierta una excursión en una aburrida clase, sí es importante que entendamos que dentro de sus funciones está la de contribuir a la conservación de los recursos culturales y naturales del país donde ejerce su profesión. Para ello se debe construir el conocimiento mediante el desarrollo de competencias cognitivas a partir de la participación activa. El conocimiento del patrimonio comporta, además una valorización de las sociedades del pasado por parte de la sociedad actual. Conocer, valorar y respetar el patrimonio implica también una educación en valores. El conocimiento del patrimonio cultural no constituye un fin en sí mismo, más bien es un medio que se puede utilizar para incidir en las formas y en las características de las relaciones sociales (Fernández, 2003).
Y es aquí donde es necesario una didáctica del patrimonio para hacerlo comprensible, darle sentido y aprovechar su potencial educativo, puesto que la idea del guía de turismo-mediador debe ser que sus distintos públicos no solamente disfruten su estadía en un determinado lugar de visita, sino que cambien de actitud con respecto a lo que significa el patrimonio de un país, es decir que lo conozcan, lo amen, lo respeten y lo conserven, a la vez de que les sirva como estímulo de reflexión sobre la variabilidad cultural y el respeto hacia todas las culturas (Fernández Casildo, 2008).
Dentro de esto es importante el surgimiento de un término que debe ser socializado en Ecuador y que se conoce en Europa y otros países de Latinoamérica como la didáctica del patrimonio. Esta se convierte en la pieza clave para la transformación del simple guía de turismo al guía-mediador.
Así como vemos que innumerables teóricos desde finales del siglo XIX y a lo largo de los siglos XX y XXI se han preocupado por generar distintas didácticas relacionadas al campo educativo y a las diversas formas que los educandos tienen de aprender, en el área de la guianza turística también es posible analizar las múltiples posibilidades que existen para mostrar el patrimonio a los turistas y cómo cada uno de ellos reacciona frente a los estímulos propuestos.
Las aportaciones de la didáctica a varias áreas del conocimiento como las ciencias sociales y su experiencia durante más de cien años fundamentan actualmente las estrategias de promoción y de difusión del patrimonio más avanzadas: la enseñanza activa, el valor del aprendizaje significativo, la importancia de la observación y de la experimentación, la necesidad de contacto con la realidad, etc. Todo esto es perfectamente aplicable al trabajo cotidiano que realiza el guía de turismo en cada una de sus excursiones sean estas visitas a ciudades históricas, museos o áreas protegidas.
Fuentes citadas:
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Chimenti, S., & De Menezes Tavares, A. (2008). Guia de Turismo: O Profissional e a Profissao (Segunda ed.). Sao Paulo, Brasil: SENAC.
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Fernández Casildo, M. (2008). La utilización del patrimonio cultural como recurso didáctico en la enseñanza. Patrimonios Culturales: Educación e interpretación, cruzando límites y produciendo alternativas.
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Fernández, M. (2003). Los Museos espacios de cultura, espacios de aprendizaje. Didactica de las Ciencias Sociales, Geografia e história. , 55-61.
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Rodrigo, J., & Añó, C. (2012). Pedagogías y redes instituyentes: Plataforma de investigación en prácticas culturales. (Transductores, & Sinapsis, Productores) Recuperado el 11 de Enero de 2014, de http://redesinstituyentes.wordpress.com
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Santamaria Campos, B. (2008). De la educación a la interpretación patrimonial: patrimonio, interpretación y antropología. Patrimonios culturales: educación e interpretación. Cruzando límites y produciendo alternativas , 39-56.
Por: Fabián Amores N.